MicroRate analizó al detalle la cartera de 5 IMF supervisadas que representan 10% del total de cartera MYPE en Perú (aproximadamente USD14 mil millones).
El mapa muestra la exposición geográfica ante fenómenos naturales
derivados del cambio climático. El cuadro de barras identifica la cartera
colocada por sector económico con mayor vulnerabilidad al cambio climático
y región potencialmente más expuesta.
Coincidentemente, los
departamentos que
enfrentarían alta incidencia en
sus carteras de crédito son los
más poblados a nivel Perú.
Entre éstos, Lima, La Libertad,
Piura, Cajamarca.
El desafío crucial para las entidades financieras con
cartera potencialmente más sensible es identificar
cómo generar y promover mayor adaptación, resiliencia,
control y gestión de prevención sobre las actividades
económicas de sus clientes comparativamente más
expuestos al cambio ambiental, como parte inherente
de su gestión de riesgos.
Coincidentemente, los
departamentos que
enfrentarían alta incidencia en
sus carteras de crédito son los
más poblados a nivel Perú.
Entre éstos, Lima, La Libertad,
Piura, Cajamarca.
En las mejores prácticas identificadas a nivel
internacional hay un continuo seguimiento y
sensibilización (vía capacitaciones) a los clientes sobre
el cambio ambiental, tanto prestatarios como ahorristas.
Así también, existe ya una cultura de gestión de riesgos
climáticos dentro de la organización, como parte del
Gobierno Corporativo y estrategia de la institución.
La cultura de prevención de riesgos está
presente además para repasar hechos
históricos y para identificar nuevas amenazas.
En ese sentido, la revisión a los procesos de
originación crediticia se han vuelto más
dinámicos y mantendrán esta tendencia en la
medida que coexista un grado de
incertidumbre sobre el timing (cuándo
ocurrirán), frecuencia y tamaño de impacto de
los fenómenos naturales.
En opinión de MicroRate, este nuevo entorno
en el clima debido a los cambios de
temperatura también ha generado al mismo
tiempo nuevas oportunidades para
desarrollar productos crediticios y no
crediticios que preparan a las instituciones
de microfinanzas y a sus clientes a nuevos
contextos.
Por ejemplo, se crean préstamos para adaptar los
negocios en sus procesos de producción que incluye
optimización del recurso hídrico, el uso de energía
renovable; seguros diversos; entre otros, pensados en
promover la adaptabilidad y continuidad del negocio de
sus clientes.
El rol de las entidades financieras enfocadas en micro y
pyme tienen, en la lectura de MicroRate, un impacto
multiplicador en la sensibilización del riesgo
climatológico en la medida que concentran la base de
clientes más amplia del sistema financiero y la que se
encuentra en la primera línea de la cadena de valor.