Las calificadoras de riesgo juegan un rol importante en los mercados financieros. A través de su opinión, el mercado puede tener una opinión objetiva sobre la solidez de las instituciones financieras y su capacidad para hacer frente a sus obligaciones.
Durante el 2023, América Latina atravesó un contexto económico complejo, caracterizado por un bajo crecimiento de la economía (2.2%), alta inflación y tasas de interés aún elevadas. Esto ha tenido una fuerte repercusión en diversas instituciones financieras de la región, debido al incremento de la morosidad y del gasto de provisiones crediticias, repercutiendo así sobre su sostenibilidad.
Un ejemplo de lo anterior es la reciente
liquidación de Caja Raíz en Perú, la Caja
Rural de Ahorro y Crédito más grande del
país (con activos totales por US$311
millones de dólares), que fue intervenida
por insolvencia en junio del 2023. Entre
los motivos que llevaron a su cierre
estuvieron la fuerte caída del patrimonio
efectivo (-70.3% en los 12 meses previos)
y los reducidos niveles de solvencia,
alcanzado un ratio de capital
global sumamente bajo (1.94%, cuando lo
ideal es que se ubique por encima de 10%).
Esto trajo como consecuencia que el 3.7%
de los ahorristas no pueda recuperar el
100% de sus ahorros debido a que
excedían la cobertura del Fondo de Seguro
de Depósitos, por lo que sólo les quedaba
esperar a que se inicie la liquidación de los
activos para intentar recuperar parte de su
dinero.
Es en este contexto en donde el papel de
las calificadoras de riesgo cobra una mayor
relevancia, ya que ante la incertidumbre en
el mercado, los inversionistas se ven en la
necesidad de redirigir sus inversiones hacia
las entidades y activos de menor riesgo. A
su vez, los depositantes informados podrán
colocar sus ahorros basándose no
solamente en la tasa de interés ofrecida,
sino también en el riesgo de la institución,
de modo que elijan aquella que les ofrezca
una mayor seguridad sin poner en riesgo
sus ahorros.

Sin embargo, ¿qué asegura que la calificación de riesgos sea un fiel reflejo de la situación actual de la entidad?
Para ello hay algunos valores que toda calificadora de riesgos debe tener:
-
Independencia:
Tener la predisposición a actuar libremente y con juicios de valor propios, que no necesariamente se ajusten a la visión o intereses de algunos agentes externos. - Transparencia:
La confianza se basa en la honestidad y nivel de detalle de los reportes emitidos por la agencia calificadora, generando certeza a los agentes externos de que la información mostrada es fiable y completa -
Calidad:
La calificadora debe preocuparse por proporcionar un servicio de calidad con alto valor agregado, con información precisa y actualizada, en base a un análisis minucioso de la entidad. -
Integridad:
Enfocarse en hacer siempre lo correcto, priorizando los valores anteriores antes que intereses propios o de terceros.
Para concluir, se puede afirmar que las calificadoras de riesgo cumplen un papel importante en el mercado, por lo que su responsabilidad no está limitada sólo a brindar una opinión, ya que ésta marcará la diferencia entre una inversión segura o una potencial pérdida para los distintos inversionistas. En este sentido, las calificadoras tienen la obligación de cumplir con las exigencias y expectativas que tiene el mercado de ellas, ofreciendo una calificación de calidad que sea útil tanto para la institución evaluada como para los distintos agentes externos.

Redacción:
Diego Vargas
Jefe Comercial de MicroRate